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Sencillo
diseñar una ruta de alta montaña en una provincia como Granada, y más
si cuentas con un juego como el CIMA. El problema surge cuando te
sumerges en algunos temas (y puertos) y te encuentras con vertientes
casi maquiavélicas. Siendo ortodoxo esta ruta habría que haberla
hecho de otra manera, pero eso se acabó hace tiempo y hemos vuelto a
los orígenes, a aquellos de los que nunca debimos escapar.
Conversando durante la semana con el bueno de Ezeste (Pedro, un loco de
los puertos de Murcia), acabamos diseñando una ruta con un
encadenado de lujo: Venta del Chaleco (por su vertiente de la Hoya de
Guillén y el Collado, con un coeficiente APM de 371, a la altura de
Ancares por Pan do Zarco y Llano de las Ovejas), Haza de Lino por
Albuñol (puerto pajarero donde los haya) y remate en Sierra de Lújar.
La cuestión estribaba en saber si éste lo ascenderíamos viniendo del
norte o del sur... Y al final hubo que hacerlo desde el sur, porque la
ruta se tornó durísima.
Unas imágenes del día:
Comenzamos a dar
pedales en torno a las siete y media de la mañana, sabiendo que el
primer puerto comenzaba casi en el kilómetro 1. Venta del Chaleco
por esta cara es un fuera de categoría con tres kilómetros iniciales
que tienen rampas de hasta un 24%, hormigón y, más adelante, tierra.
Los primeros compases están marcados por la bruma que no nos deja ver
el tremendo inicio y las rampas desorbitadas.
Más de una hora
más tarde, aún subiendo este puertazo, dejamos por debajo un
espectacular mar de nubes, si bien por arriba no acaba de estar
completamente despejado y la temperatura es relativamente suave.
Comenzamos a divisar, a lo lejos, el plato principal del día, Sierra de
Lújar, con sus inconfundibles antenas, y, más a lo lejos, el Veleta, ya
muy presente en mi cabeza...
Con
más de 1500 metros acumulados, coronamos esta ascensión de paso que nos
marca para el resto del día. El desgaste ya ha sido enorme y comenzamos
a comentar sobre la posibilidad de su inclusión en el juego del CIMA.
Un
suave cresteo, tras la Venta del Chaleco, para afrontar un cómodo
descenso que nos situará en Albuñol, donde arranca la vertiente "suave"
de Haza de Lino.
Pero como nos temíamos la longitud del puerto hace mella y nos obliga a
descender, en mitad de subida, hasta Sorvilán, donde aprovechamos para
avituallarnos con calma. La salida de este pueblo no es sencilla y suma
un nuevo kilómetro al 10% (aproximadamente), y muchos metros añadidos a
lo ya ascendido.
Coronamos
Haza de Lino (pueblo) y decidimos parar a comer (no hay foto de los
bocatas en esta ocasión, ohhh) para deliberar sobre qué hacer en la
parte final: bajar por Torvizcón o afrontar la fase definitiva de
Sierra de Lújar.
Sierra de Lújar (en el enlace, desde cruce Fregenite y Alcázar) en su fase decisiva, arranca aquí, donde se puede ver que está francamente mal.
A
pesar del lamentable estado del asfalto, el esfuerzo vale la pena y
coronamos como podemos, sorteando los innumerables baches y socavones
que abundan en este tramo de unos 10 kilómetros. Las vistas desde
la cima son impresionantes, como se puede ver en las fotografías.
La tremenda vertiente de Rubite, la más dura de todas.
Y vuelta por Haza de Lino, en esta ocasión más suave, y ya última subida del día.
Y para celebrarlo...
Esto es Sorvilán.
El precioso final de ruta, a pie de playa.
Todo un placer compartir ruta con el señor Ezeste. Pedro. Repetiremos, seguro. Un abrazo.