Alto de La Mesa

 

Hace unos años dejé aparcado el coche en Burgohondo para realizar una ruta por la zona, haciendo una primera visita a Gredos, a esos puertos que, hasta entonces, sólo había visto por la televisión. Me dirigí primero a Navalmoral, cuyo trazado era nuevo, ancho, y la carretera tenía poco que ver con la de la "carnicería de Vandenbrouke". A lo lejos, al sur, se distinguían unas antenas que pensaba que eran las de Serranillos, si las tenía... Mi segundo objetivo era la Mesa, una ascensión que partía de un desvío situado algo más arriba de Navarrevisca. Era un día duro, frío, solitario, otoñal. Al fondo se perdía entre la niebla el ascenso a Serranillos, mientras me encaminaba a esto, a La Mesa... Unos cuantos minutos más tarde, con viento huracanado y frío, más frío aún, divisaba desde la cima la inmensidad, a ratos, porque otros la niebla lo volvía a cubrir todo.

La ascensión al alto de La Mesa se inicia en un desvío situado entre Navarrevisca y Serranillos, en la cara norte del puerto de Serranillos. Ya desde un principios las rampas golpean con una fuerza inusitada sobre nuestras piernas. Acostumbrados a las pendientes más suaves de los grandes puertos abulenses, al menos a la gran mayoría, de los Mijares, de los Pedro Bernardo, de los Serranillos, la entrada a esta ascensión se complica, también, por el mal estado del firme, sobre todo, en el primer kilómetro, porque luego mejorará, sí, aunque aún habrá que superar tramos irregulares aunque más cortos. La Mesa es irregular, muy irregular, y tras ese arranque tan demoledor se suaviza hasta la entrada en el segundo kilómetro, caracterizado por dos "herraduras" en donde la pendiente vuelve a incrementarse. La sucesión "rampón-descanso" se mantendrá en toda la ascensión y engaña ante la magnitud de la subida. Son únicamente 5,7 kilómetros, pero las rampas, considerables; el asfalto, tan rugoso; la estrechez de la carretera; el paisaje, tan solitario, hacen de esta ascensión una de las más difíciles de la provincia. A todo ello se suma la presencia del viento, sobre todo, en la parte final, tan abierta, tan magnífica, cuando la carretera transita entre rocas.

No existen prácticamente referencias a lo largo de la ascensión, con lo que conviene aprenderse "de memoria" que desde el paso canadiense hasta la cima aún quedarán cerca de tres kilómetros. Como podéis ver en las imágenes, la carretera aún se estrecha más por la vegetación en el último kilómetro (y algo más). La ascensión a La Mesa finaliza a 1680 metros de altitud, en un tramo recto, si bien, para alcanzar las antenas características de esta subida habrá que descender algunos cientos de metros.

El ascenso a La Mesa se culmina tras 5,7 kilómetros a una media del 8,85% de pendiente media, salvando un desnivel superior a los 500 metros, y combina a la perfección con la gigantesca cara sur de Serranillos, la cual, además, puede ser enlazada con el Sidrillo, la Centenera, la Parra o La Reina. Posibilidades amplísimas para diseñar una etapa auténticamente reina en muy pocos kilómetros en esta zona tan ciclista, tan llena de historia en nuestro deporte, y culminando en esta dura subida que, de incluirse en competición, necesitaría, obviamente, algunos arreglos.

Este es el perfil de la ascensión:



Y ahora unas imágenes:






Mapa de la subida en Google Maps: