Banduxu
es un pueblo situado en el concejo de Proaza al cual se llega a través
de una ascensión durísima. Su irregularidad, sus rampas, la estrechez
de la carretera, la explosividad, lo cerrado de algunos tramos de la
ascensión, no sabría formular con exactitud qué es lo que tiene esta
subida. Yendo a los datos precisos, que podéis ver con nitidez en la
altimetría, tiene nada menos que 4 kilómetros por encima del 10%, casi
al nivel de Cobertoria y San Lorenzo, palabras mayores. Eso sería para
alcanzar el alto, porque para llegar al pueblo aún hay que descender un
par de kilómetros, que no he recogido en la gráfica, y que pasan del
10% también, con lo que la vuelta, en nuestro "corcel" también puede
tornarse complicada.
La ascensión a Bandujo se inicia en un desvío de la carretera AS-228, muy cerca de Proaza, capital del concejo del mismo nombre, y comparte el primer kilómetro con la Cruz de Linares, ese tremendo puerto de paso que sigue siendo uno de los grandes desconocidos de la zona central de Asturias, tanto para el cicloturismo como para la competición profesional. Centrándonos en Bandujo, ese primer kilómetro ya nos da pistas de lo que va a ser este ascenso. 1,1 kilómetros, para ser exactos, por un asfalto en un estado bastante irregular, lo que dificulta todavía más nuestro pedaleo. Tras el cruce, a la izquierda, en donde hay un precioso cartel tallado en madera que indica Proacina y Banduxu, vienen 200 metros de relax, ideales para sobreponernos levemente del inicio y prepararnos ante lo que viene. Carretera que mejora muy mucho, rampas de vértigo, humedad (la carretera transcurre durante muchos tramos por un túnel natural de árboles).
No
será hasta el kilómetro 3 en donde encontramos la siguiente tregua,
ésta más larga, en la Proacina. Incluso se despeja la carretera
dejándonos ver un paisaje de impresión. Esta subida es de mucha
categoría, sin duda, no sólo en dureza, sino también en belleza... Pero
volvamos a las rampas, porque a la salida del pueblo cambiamos de
ladera para afrontar otro kilómetro muy difícil, a casi un 10% y que
nos lleva al tramo más brutal de toda la ascensión: un descenso con
pendientes (negativas) del 20% seguido, casi sin solución de
continuidad, por un tremendo rampón del 19%. Dureza, toda la que
imaginais, porque los 500 metros posteriores alcanzan una media del
15%, se empiezan a suceder las curvas de herradura y no se divisa
ningún descanso.
Muy
bella la subida aquí, pero, ¿quién va a levantar la vista teniendo que
superar estas rampas? Poco más de dos kilómetros infernales, muy
cubiertos en su mayoría, que nos llevan al alto, que no al pueblo, como
ya os he indicado más arriba.
Los
números no dan lugar a dudas: 7,3 kilómetros a una pendiente media del
8,17% y eso que hay 3 tramos de descenso intercalados...
Éste es el perfil de la ascensión: