Gredos invernal (2016)



Este año no me he propuesto ningún reto de esos como el del año pasado. Sólo bicicleta y la Borrachera, esa kedada cicloturista que cada año congrega a más y más locos de las subidas, de la bicicleta y... de los bocadillos (algún día haré una sección de mis mejores recuerdos gastronómicos). Pero cambian cosas, van cambiando cosas a medida que pasa el tiempo y algunas, incluso, parecen regresar. Yo era de un pedaleo "tipo molinillo", pero tras meses y meses de asesoramiento del amigo Rubén me he vuelto un "trancao". Así, en los primeros meses de este año he optado por subir "tirando de desarrollo", sin pulsómetro y, muchas más veces de lo habitual, he salido con culotte largo. Me he aficionado también al Strava... ¿Qué me está pasando? ¿Volveré a los rastrales? ¿Volveré al plato de 40 dientes? ¿Volveré a competir? Nunca se sabe, y este año todo puede pasar...
El 10 de marzo nos citamos en San Martín de Valdeiglesias para hacer una ruta grande, una ruta con el gigantesco Mijares como puerto más reseñable, aunque con otras cotas que tampoco desmerecen y que, acumuladas, conforman un cóctel cuyo desnivel se va hasta los 2500 metros (unas aplicaciones dicen 2800, otras 3400, pero mis cálculos lo situaban en esos parámetros). Los puertos serán el citado Mijares, San Juan de la Nava y Arrebatacapas.


Partimos más allá de las 10 de la mañana con un frío intenso, con viento y con una sierra de Gredos que se adivina difícil. Confiamos en que la prometida mejoría haga más salvable el colosal Mijares.



Aún éramos felices, salvando pequeñas cotas por la carretera que atraviesa el valle del Tiétar, hasta que en Piedralaves paramos a desayunar...



El primer avituallamiento, justo antes de comenzar a ascender Mijares, en Piedralaves.




Ya hemos abandonado la CL-501 y pasamos a otra carretera con mucho menos tráfico, más de montaña, más clásica, más vistosa.


Hemos afrontado Mijares desde Casavieja, vertiente desde la cual vemos Gavilanes poco antes de alcanzar el pueblo de Mijares.



Y viene la parte definitiva del puerto de Mijares. Jorge aún no sabe la que se le viene encima...



Puerto largo, de esos que se hacen interminable, agradable para la vista...



Todo un balcón sobre el valle del Tiétar, en la parte final la fuerza del viento dificulta aún más la subida.



Jorge trata de compararlo con Cotos, que habíamos ascendido hace sólo dos días. Para mí Mijares gana por goleada en todo. Cotos tiene un tramo muy sostenido de 5-6 kilómetros, pero Mijares se hace eterno...



En la parte final nieva ligeramente, pero el ritmo y las ganas no decaen




Y ya a punto de alcanzar la cima de este puerto, el punto más frío del día


Improvisada foto en la cima. No estaba la meteorología para colocar "trípodes".



La bajada hacia Villanueva de Ávila es espectacular, escénica... Uno de mis favoritos, sin duda.

Hielo en las orillas. Eran las dos de la tarde y la temperatura había descendido hasta -2º C.


Pero si la ruta fue espectacular, no menos lo fue el bocata que nos metimos en Burgohondo.


Tras la comida venía un tramo de "toboganes" hasta Navaluenga, de donde arranca el segundo puerto del día: San Juan de la Nava.


Hace unos meses, en una ruta similar, lo había ascendido y ya me había sorprendido. Uno de esos "secundarios" sin tanto nombre como los Mijares, Serranillos, Peñanegra, Navalmoral, pero con tramos realmente duros, sostenidos,...



Tras coronar el alto hay una pequeña bajada hasta alcanzar San Juan de la Nava.


Foto con el escudo de San Juan de la Nava. El desnivel ya se nos había ido a los 2000 metros. Parecía que todo estaba hecho, pero...


Esto es el Barraco, esto es el Monumento a Chava, parada obligatoria para todo cicloturista amante de los puertos, amante del ciclismo de ataque.


Luego carretera pestosisíma para acercarnos a San Bartolomé de Pinares y el puerto de Arrebatacapas.



Como le comentaba a Jorge, había bajado por ahí dos veces y me habían sorprendido las rampas, durísimas, que había hasta llegar a San Bartolomé de Pinares...



Un pequeño descansillo antes de afrontar el último rampón del pueblo...



Más de un 15% aquí, en una increible vertiente de Arrebatacapas que tuve la suerte de conocer hace unos años, precisamente en la Marcha Cicloturista de Chava, pero en bajada. Esta fue la primera vez que ascendía y no defraudó sin duda. Un tortuoso tercer puerto en su parte inicial...




Tras salir a San Bartolomé las pendientes decaen bastante. El paisaje es sublime, espectacular...



Tras una zona de cresteo y un pinchazo, alcanzamos el cartel de Arrebatacapas (que, como bien sabéis, no está exactamente en la cima del puerto).



¿Sólo quedaba descender? No, aún tendríamos más repechos en la carretera que va de Cebreros a San Martín de Valdeiglesias que rematan, todavía más, nuestras fuerzas.


Y, finalmente, llegamos a San Martín de Valdeiglesias en una de las rutas más espectaculares que hemos hecho últimamente.



Perfil de ruta. Pinchando en la imagen te llevará a ver los detalles, en Strava, de la misma.