Cuando en los juegos tipo Cycling manager creas un personaje, tienes varios atributos a mejorar: velocidad, montaña, resistencia, recuperación, etc. Pero siempre se olvidan del atributo, la característica más importante para un ciclista: los “pendientes reales”, las “joyas de la familia”, los cojones, para entendernos bien. Hinault debería tener el doble del máximo.
Quisiera recordar un par de momentos, que sin unos buenos “pendientes reales”, difícilmente hubieran pasado.
- Lieja-Bastogne-Lieja de 1980
20 de Abril de 1980. 174 ciclistas en la sálida en Lieja, bajo un temporal de frio y nieve, que los medios decían que era el peor de la historia en una Lieja. A la hora de carrera ya se habían retirado unos 100 corredores. A unos 80 km de meta, en el muro de Stockeau, Hinault, que iba en un pequeño grupo persiguiendo a Rudy Pevenage, decidió acelerar el ritmo, a ver si conseguía romper el grupo definitivamente. El Tejón miró hacia atrás, y al ver que nadie le seguía, aceleró. En la siguiente cima ya había dejado atrás a Pevenage. Llegaba a meta casi sin movilidad en los dedos (tardó tres semanas en recuperar la movilidad totalmente). A 9 minutos y 24 segundos llegaba el segundo clasificado, Hennie Kupier. Sólo terminaron la clásica 21 ciclistas.
- Etapa 17ª de la Vuelta a España de 1983
6 de Mayo, Salamanca – Avila, 216 km. Una etapa con cuatro puertos, Peña Negra (1ª cat), El Pico (3ª cat), Serranillos (1ª cat) y La Pasanera (2ª cat). Desde el primer puerto, ya se veía a Hinault con ganas, poniendo a su compañero Laurent Fignon a tirar, y en El Pico, lanza un ataque que sólo Lejarreta y el líder, Julián Gorospe, pueden seguir.
