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Tal vez un día, amigo, los veremos todos en los recorridos de las carreras y entonces podremos dejar de protestar. Hablaba el otro día con JaviAvilés, el hombre que conoce las carreteras del occidente de Asturias mejor que los pasillos de su casa, sobre San Lorenzo, ese coloso que la Vuelta ahora introduce cada pocos años. Nos congratulamos por ello, sin duda, porque es de los mejores, de los más duros, bien enlazable. También la Cobertoria tiene lo suyo, pues va siendo introducida a menudo, aunque hayamos tenido que esperar al año 2014 para verla por su cara lenense. Pero él me dice que parece que no haya más, que es siempre lo mismo. San Lorenzo se ha ascendido en 2006, en 2010, en 2011, en 2012 y en 2014. Bien es cierto que las vertientes han variado, pero... Pero no está satisfecho porque un día veremos en todo su esplendor todo lo grandioso que guarda el Occidente de Asturias y entonces sí, entonces todos esos "muros" darán igual, porque el ciclismo volverá por donde ha caminado siempre.

Y siempre es un placer escribir de un coloso del Occidente de Asturias, de uno de sus puertos principales, de un puertazo de tres vertientes, las tres de una singular dureza: la de Monasterio de Coto con 4 kilómetros finales extraordinarios; la de Ibias, quizá la más colosal y la de Valledor, la vertiente para perderse, la que, y perdón por la reiteración con la frasecita, "convierte el cicloturismo en un arte". Porque para llegar hasta su inicio habremos tenido que descender casi a los infiernos, por unas carreteras estrechas y con asfalto muy descarnado.

El puente sobre el río Oro será el punto de inicio de esta vertiente. Oro puro a partir de entonces, con pendientes que se elevan de tal manera que nos dejan sin aliento. Un par de curvas de herradura, rampas al 14-15%,... ¡¡¡Espectácular arranque!!! Durante casi dos kilómetros las pendientes rondarán los dos dígitos hasta llegar a un altillo, cresteo y posterior descenso. Sísifo llama a nuestra puerta y bajada hasta el río Valledor, que da nombre a esta sublime ascensión. El reinicio no es tan sorpresivo... ¿Duro? Sí, es duro, pero no tanto como antes. Y así, poco a poco, alcanzaremos la localidad de San Salvador del Valledor, cambiando la decoración, pues la pendiente decrece sobremanera y el asfalto mejora notablemente. Durante varios kilómetros pensaremos que esto es jauja, que Montero o cualquiera que os haya hablado del puerto os ha tomado el pelo. Se pedalea con comodidad, atravesando Fonteta, aunque al alcanzar el pueblo de Villalaín parece que algo dificulta nuestro pedaleo. Se acabó el descansillo, que ya duraba demasiado... Miras arriba, muy a lo lejos, y parece divisarse un collado. No puede ser posible, ya que las cuentas no salen: en menos de 6 kilómetros hay que llegar allí. Súbitamente aumenta la pendiente y el puerto se convierte en un gigante, el gigante del que os hablé desde el principio. Arboleda a lo largo de toda la subida, aunque con tramos más abiertos en ocasiones, paisaje rocoso a nuestro alrededor, carretera estrecha pero en buen estado, pendientes muy sostenidas.  Alcanzaremos un cruce con la carretera que proviene de Monasterio de Coto, giro a la derecha y continuamos subiendo durante poco más de 100 metros hasta coronar...el Pozo de las Mujeres Muertas, puesto que la carretera seguirá aún más arriba, curiosamente (el alto de Valvaler).

Los números no dejan lugar dudas de que estamos ante uno de los grandes puertos de paso de Asturias. Casi 15 kilómetros (hasta el Pozo) a más de un 5,5% (y eso que cuenta con un tramo de bajada intercalado).

Éste es el perfil de la ascensión: