Rutón en la Sierra de Urbión

 
A lo largo de todo el día le iba diciendo a Jorge que aquel puerto o este otro continuaban inéditos en la Vuelta. Es nuestra particular manera de criticar lo poco que se hace por explotar el "turismo de interior" en este país. Sí, España es el segundo país en número de turistas del mundo (eso me dijo), pero, como bien sabemos, el movimiento se dirige mayoritariamente a la playa. En otros países, sin embargo, se descentraliza, tendiendo a favorecer al conjunto. Es la manera en la cual posiblemente conozcamos más de los Pirineos, del Macizo Central Francés, de los Dolomitas, incluso de montañas austriacas, alemanas o rumanas, que de la sierra de Urbión o de la Peña de Francia, o de Sierra Nevada. Allí se hace un buen trabajo y, además, coordinado, puesto que, yendo en particular al caso del Tour de Francia, sirve como fantástica guía turística.
Tras esta introducción paso a relataros, brevemente, la ruta que realizamos el 10 de julio, aunque hablarán mejor algunas de las fotografías que os he dejado más abajo.
Este es el perfil de la ruta (si pinchais en la imagen podéis acceder a la ruta, en Strava, de ese día):



Arrancamos de Vinuesa, en Soria, pasadas las diez de la mañana. El viaje se ha hecho algo largo porque salir de Madrid, cualquier día del año, y más si es entre semana, se hace complicado. El día luce espléndido, hay buena temperatura y ahora sólo tenemos que ponernos a pedalear, tras haber estudiado bastante el recorrido y los puertos. La ruta es prácticamente circular, de no ser por el añadido de la ascensión al Monasterio de Valvanera (por aquello de sumarlo en el reto CIMA).


El primer puerto del día es la cara sur del puerto de Santa Inés. Lo conocía de haberlo bajado seis años atrás en otro rutón, más "caza-CIMAS", aunque en subida cambia bastante. Una primera parte, hasta el desvío a la Laguna Negra de Urbión (en torno al kilómetro 8), más suave, y luego el puerto en sí, que da la sensación de grandeza, por la carretera, por los paisajes,... Una subida para disfrutar, sin duda.





Coronamos Santa Inés sin mayores dificultades, tardando en torno a una hora, y bajamos hacia Montenegro. Hace seis años me la encontré en obras...y parece que aún no han acabado (hay varios carteles a lo largo de esta vertiente).



Pasado Montenegro tomamos este desvío hacia Viniegras de Arriba (y de Abajo), llevándonos una grata sorpresa al comprobar que la carretera ya no tiene ese asfaltado aspero de antes. Así que entre el paisaje y el excelente piso sólo hay que disfrutar del puertazo que, desde aquí, se queda en poco más de seis kilómetros, sí, pero que parecen más...




Una auténtica maravilla de trazado, un regalo para la vista y para el cicloturismo esta vertiente del puerto de Montenegro. Fotos y más fotos para inmortalizar el momento. ¿Postureo? Bueno, llámenlo como quieran, pero había que presumir de puerto.



Posando en la cima del segundo del día, Montenegro, primer CIMA, eso sí, que me apunto (y éste de Soria).


Pero la otra vertiente deja a Jorge boquiabierto. Es puro espectáculo y le comento la posibilidad de modificar el recorrido para liarnos la manta a la cabeza y subir Lagunas de Neila, luego desviarnos para hacer Castroviejo y caer a Vinuesa. No había mirado los kilómetros, pero bueno... Siempre hay que estar abiertos a modificaciones (jjjjjjj).



De nuevo aquí, seis años después, y repostando en la misma fuente.



El descenso es larguísimo y por una carretera bastante botosa, hasta dar a "la general" que proviene de Neila y se dirige a Logroño. Es hora de buscar el tercero del día: Monasterio de Valvanera...y el bocata, claro.




Este tercero del día me deja indiferente. No me parece una ascensión digna del reto CIMA y no le veo nada en especial: no tiene números, la ascensión es bastante monótona y el trazado no me dice nada.  Uno de los CIMAS más sencillos que recuerdo haber realizado, eso sí. Lo positivo de la subida fue el encontrarnos una cafetería junto al Monasterio para hacer nuestro avituallamiento y prepararnos para la segunda parte de la ruta, donde estaban situados los dos puertos más duros del día, aunque bien diferentes: más explosivo Peña Hincada, más largo Santa Inés.





Y vamos con el auténtico "coco" del día, puerto que nos imponía respeto, por mucho que tuviéramos un largo bagaje de ascensiones ya este año. El inicio es similar a Viniegras, con la carretera muy encajonada en el valle, ganando altura poco a poco, hasta llegar a Brieva de Cameros...


Porque cuando llegamos a Brieva de Cameros la decoración cambia completamente. Vemos una señal que indica el 12% y durante tres o cuatro kilómetros se suceden rampones y más rampones. La subida aquí es muy abierta con lo que aprieta el sol sobre nuestras chepas con gracia. Pero por muy duro que es, disfruto mucho, muchísimo, porque las vistas son puro espectáculo.





Tras rematar la zona dura hay un tramo de toboganes, casi plano, hasta alcanzar el cartel, donde nos hacemos una foto. Es el cuarto del día ya, pero vamos bien de fuerzas.



Pero lo peor de Peña Hincada será, sin duda, el descenso hasta Ortigosa. Carretera de piso muy irregular, muy botosa, que se me hace larguísima (a lo que se suma un montón de curvas de herradura, y yo que soy "un estupendo" bajador...).


Tras llegar a Ortigosa (donde nos hacemos la foto de arriba, con el pantano de González Lacasa, al fondo, según esta noticia, el mejor embalse de España para bañarse), continuamos descenso hasta la N-111, donde ya hay tendencia ascendente hasta el desvío a Montenegro. Desde ahí serán veinte kilómetros de irregular subida en donde se acumularán cerca de 900 metros...


Casi "volando" en la primera mitad, hasta Montenegro, donde ya "deshacemos" lo hecho por la mañana. Desde Montenegro, otros diez kilómetros de puerto que, ahora sí, pasará su factura, por el calor, por el desgaste, por la ruta en sí,...




Santa Inés es el quinto del día, en donde alcanzamos los 3000 metros de desnivel. Por esta vertiente, una verdadera joya de ascensión, aunque con leves "pildoritas" que se van al 10-12%, lo que a esas alturas nos hace agradecer (a mí al menos) lo de llevar ese piñón de 32, que no uso, no, pero que me da tranquilidad. La pájara, en estos casos, siempre revolotea...

Tras coronar, otros 17 kilómetros de descenso o con tendencia favorable, hasta Vinuesa, otra vez, culminando una gran ruta. Como le comento a Jorge, siempre podemos meter más subidas (ahí estaba la Laguna Negra), pero más vale cerrar con ganas y aún con fuerzas, visto el viaje de vuelta que aún teníamos que hacer.
Todo un regalo para la vista esta zona y para disfrutar del cicloturismo esta Sierra de Urbión.