ÁVILA INFINITA, CHAVA INMORTAL
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“Sólo
la valentía, la inteligencia y la fuerza de Chava Jiménez pudo con el
39x28 de Pavel Tonkov en el Angliru, en una jornada lluviosa, con
niebla, frío… Una etapa dantesca que sirvió para engrandecer, otra vez
más, este deporte y a sus valerosos protagonistas”. Ese tal vez haya
sido, con otras palabras, el resumen de aquel 12 de septiembre de 1999,
cuando, por primera vez, una competición profesional llegaba a la cumbre
del Angliru, el coloso riosano que no había sido “descubierto” por
Miguel Prieto (http://www.angliru-riosa.com/vuelta_ciclista/carta.htm)
en una carta a Unipublic, sino por el trabajo de otras personas que,
lamentablemente, han quedado más en el anonimato. Lali Llano, el minero
que lo subió más de 100 veces, fue, sin duda, uno de los grandes
impulsores. También, como no, José Antonio Muñíz, alcalde de Riosa por
aquel entonces (y todavía hoy). Y Salva, a quien tuve el gusto de
conocer unos años después del “boom” del Angliru…
Pero la foto que dio la vuelta al mundo fue aquella de Chava Jiménez, parado en mitad de las rampas del Angliru, mientras Lali Llano le dejaba su rueda con unas coronas más grandes que, finalmente, sirvieron para impulsarle hacia la cima, porque el del Barraco había tenido la osadía de presentarse en Viapará con unos desarrollos muy poco adecuados para tamañas rampas (creo recordar que era un 42x23…). Lali falleció en diciembre de 2002, y yo, un amante ya, por aquel entonces, del ciclismo y de los puertos, envié una carta de homenaje (al diario La Nueva España) a quien tanto había amado ese puerto, el Angliru. Fue en ese momento cuando conocí a Salva, amigo de Lali, al padre y a una tía de Lali. Todo un Loco de los puertos que se fue demasiado pronto…
Unos pocos meses más tarde llega la etapa más esperada de la historia de la Vuelta a España. Casi todos los días había noticias sobre la misma y, así, llegamos a la cita del 12 de septiembre de 1999 en donde Chava Jiménez conquista, por primera vez, el coloso, siendo, para muchos, su victoria más recordada. Será esa etapa la que lo eleve a la categoría de leyenda ciclista. Poco importa quien fue el vencedor final de aquella edición y quien portaba el maillot amarillo. Esto es, sin duda, una muestra más, y casi 13 años después, de que este deporte no se alimenta únicamente de victorias totales, sino de genialidades como las de Chava Jiménez...
Hoy en día, para mantener vivo su recuerdo se organiza una Ciclo-Marcha en su pueblo, el Barraco, que ayer vivió su segunda edición. Charlo con Salva, uno de los organizadores de la prueba y de los impulsores del Angliru años atrás, unos pocos días antes y me planto allí. Pienso que es una buena forma de encadenar la culminación de los puertos CIMA abulenses (la Erilla cayó el día antes de la prueba), con la pequeña historia de este blog (39x28, el desarrollo que utilizó Tonkov, el corredor que superó en primer lugar todo el Angliru, ya que Jiménez lo adelantó en la bajada hacia la explanada del puerto riosano)…
CAE LA ERILLA
Sí, cierro los CIMAS de Ávila, pero esta provincia ofrece tanto que no se le puede echar el cerrojo. Aquí hay que volver. Son tantas y tantas las ascensiones que se encuentran por esta zona… En mi opinión, sin ir más lejos, la vertiente de La Erilla que asciende por Hoyocasero es merecedora de estar en el juego. No tan larga como la otra, pero con unos números para asustar y una belleza en toda la ascensión que supera a otros CIMAS de la provincia. La misma subida a Los Aguilones, que se realizará en la Marcha de Chava Jiménez, con una zona espectacular de herraduras y números suficientes… Y, como no, si esto es un juego de escaladores, uno no se puede ir de Ávila sin visitar el Barraco, pueblo lleno de subidas y más subidas… Unas imágenes para ilustrar esa nueva “conquista”:
Arranca en Barrio del Morisco, a 5 kilómetros de Burgohondo, en dirección a Serranillos.
El tramo hormigonado requiere todo el impulso...
Duro, bello, espectacular, al menos en sus primeros kilómetros.
La última parte, una sucesión de toboganes (intercala bajadas con rampas de hasta el 10%)
Culminada Ávila con esta ascensión de casi 18 kilómetros y más de 800 metros de desnivel.
Luego, toboganes y más toboganes...
Nos dirigimos a Burgohondo, bajando por los Aguilones, por donde ascendería al día siguiente.
LA MARCHA "CHAVA" JIMÉNEZ
El mismo día de “culminación” de los CIMAS de Ávila me acerco a El Barraco para asistir a la presentación de la prueba, en donde hablan Azucena Jiménez (viuda de Chava y presidenta del Club Ciclista Jose María Jiménez), Pablo Lastras, Marcos García, Ángel Arroyo, entre otros. Pero uno se queda pasmado cuando escucha a José Miguel Echávarri, el director del equipo Banesto cuando competían Delgado e Indurain. ¿Cuántos nos aficionamos a este deporte llamado ciclismo mientras veíamos a esos dos monstruos sobre la bicicleta y escuchábamos a Echávarri acerca de cómo se iban a plantear los Tours, las Vueltas,…? Toda una leyenda. Al igual que ya no hay ciclistas como los de antes (o quedan poquísimos), tampoco hay directores como los de antaño…
Fotos de la presentación:
Y llegamos al día de la Marcha, el 17 de junio (de 2012), la cual realicé con los compañeros del equipo Navaluenga MTB, aunque con el maillot de Loco de las Cumbres, cómo no. Un recorrido de 115 kilómetros, con 1700 metros de desnivel, plenos de constantes “toboganes” y con calor, mucho calor.
Esto es El Barraco, el pueblo de Chava Jiménez.
Aquí, posando con los compañeros del equipo Navaluenga MTB.
Con los compañeros de Navaluenga MTB, a quienes saludo desde aquí.
El momento de la salida.
Algo más de 200 cicloturistas en la Marcha.
Esto es la ascensión a Los Aguilones, con una zona de herraduras intermedia que se intuye al fondo.
Fotógrafo fotografiado
La bici "en rose"
Esto es el embalse del Burguillo, zona por la que pasábamos en la segunda parte de la Marcha, ya en dirección a Cebreros y el puerto de Arrebatacapas.
Fiel siempre a APM.
Las últimas rampas de la Marcha, en pleno pueblo de El Barraco.
La Marcha culmina al final de esta calle: la de Jose María Jiménez, el Chava.
Finalizando con un compañero del Navaluenga MTB.
Qué mejor colofón que éste: la meta, el monumento al Chava Jiménez y una bandera de Asturies.
Una Marcha agradable que tiene su epicentro en el Barraco, el pueblo de un escalador con mayúsculas: Chava Jiménez.