CRÓNICAS PIRENAICAS



Esta es la historia de tres días que he pasado en los Pirineos, ascendiendo puertos, disfrutando de la bicicleta con amigos e incrementando los conocimientos de ciclismo, puesto que es en ocasiones como ésta cuando te das cuenta de que lo que tú sabes es la milésima parte de lo que la gente que tuve el gusto de conocer me aportó. Cuanta sabiduría, cuantas experiencias... En números, 3 días, 365 kilómetros, 6200 metros de desnivel acumulado, 6 puertos y más de 15 horas pedaleando.

DÍA 1

Pues bien, llego a Sabiñánigo el viernes 14 de mayo a las 3 de la tarde y a las 4 ya me subo a la bicicleta para afrontar la primera de las ascensiones que tenía pensado hacer: Baños de Panticosa. Se trata de una subida que está dentro del reto CIMA y que me sonaba de una cronoescalada que se disputó en la Vuelta a España de 1983. El primer tramo, hasta Biescas, se caracteriza por ser más o menos llano, aunque ya, poco a poco, con terreno ascendente. Pero luego afrontamos unos kilómetros de ascenso (alguno realmente duro) hasta la presa de Bubal. Es esta la primera parte del puerto del Portalet. Voy solventando la subida con suficiencia, hasta llegar al desvío a Panticosa. Había buscado y rebuscado una altimetría orientativa de la ascensión, pero nada, la afrontaría sólo con las pequeñas indicaciones obtenidas en algún blog y en la web Altimetrías.net. La carretera está en un estado excelente y cuando llego al pueblo de Panticosa veo un cartel que me indica Balneario de Panticosa a 8 kilómetros. A partir de aquí el terreno se endurece sobremanera debido también a un fuerte viento de cara que ya me ha acompañado durante la parte de subida del Portalet. Poco a poco la subida se va metiendo en el cañón y mi velocidad baja de forma alarmante. Es dura, bastante dura. Ahora curvas de herradura, ahora unas cascadas al otro lado,... ¡Qué paisaje más fantástico durante la subida y también en la cima! El lago es una maravilla de la naturaleza. Mi primer CIMA no asturiano me ha dejado encantado, pero helado de frío pues la temperatura es de 3º.




DÍA 2

El día de la kedada de Ciclismo a Fondo. Este fue el motivo por el que me había venido a los Pirineos. Pero no por la ruta en sí, sino por la posibilidad de conocer en persona a esos compañeros de foro que ya considero amigos. Ahora ya no son Peternac, Cafweb o JaumeMF, sino Mariano, Pablo y Jaume "don Compact" (jeje). A las 9 y media de la mañana arrancábamos de la plaza de la Constitución de Sabiñánigo unos 60 cicloturistas. Me encuentro con Peternac y reconozco a Jaume. Vamos cubriendo los primeros kilómetros que se caracterizan por una salida lanzadísima, que Peternac y servidor nos tomamos con calma, y una gran cantidad de pinchazos. Tras unos 20 kilómetros nos desvíamos a la carretera del puerto del Serrablo. Ahora hay poco tráfico y rodamos hablando tranquilamente de cosas del foro, de ciclismo, de esto y lo otro. Hasta que mi compañero de ruta sufre un pinchazo y aparece Cafweb (a partir de ahora Pablo Bueno). Había que haber sacado una foto de cómo reparan un pinchazo entre tres (jejeje). Volvemos a arrancar y aprovecho para conversar con Pablo de muchas cosas, de muchos temas. Pablo es una auténtica enciclopedia ciclista. Culminamos este primer puerto sin apenas enterarnos y nos sacamos unas fotos en la cima. La bajada es de otra manera, bastante más abrupta. Finalizado el descenso arranca el tramo para mí más duro de todo el recorrido: una sucesión de toboganes en la que aprovecho para irme hacia delante. Esto no es una marcha cicloturista ni una carrera, pero, a veces, un pique no viene mal. Son 35 kilómetros espectaculares en los que me pasa de todo. Arranco en una subida con plato y voy adelantando ciclistas y más ciclistas hasta que el grupo delantero (en el que me encuentro) compuesto por una decena de corredores se va del resto y va cubriendo kilómetros. Me sigo yendo hacia delante hasta ponerme a tirar. ¡Qué narices, hay que reventar o reventarlo todo, jajaja! Y sí, reviento. A partir de ahí sufro durante unos kilómetros y finalmente me descuelgo. Una "pájara" a poco de hacer la parada para comer, a poco más de 40 kilómetros de Sabiñánigo. Nos reagrupamos y comemos en Broto. Una paradita, al fin, para recuperar fuerzas. Tortillita, croquetitas, todo para afrontar la última subida: Cotefablo. El inicio del puerto es "durillo" y allí vamos conversando Pablo, Jaume, Mariano y un servidor sobre la conveniencia del Compact o no (para la posteridad quedará una frase: el "Compact es de maricones", jaja). En la cima, reagrupamiento y más fotos. Es otro puerto del CIMA, otro más que añadir a la lista. La bajada del Cotefablo es muy sinuosa y ahí bajamos, Peternac y yo, con tranquilidad. Por último, el tramo ligeramente descendente entre Biescas y Sabiñánigo que íbamos a tomarnos con calma, pero no. Mi compañero Mariano (Peternac) me dice que intentemos enlazar con el grupo delantero. Y ahí nos lanzamos a 60 por hora (y más) por momentos hasta llegar al lugar de partida otra vez.

Ha sido una fantástica jornada de cicloturismo de 143 kilómetros y más de 7 horas de bicicleta.



DÍA 3

19 de julio de 1991. Es la etapa reina del Tour de Francia: Jaca-Val Louron de 232 kilómetros y los pasos de montaña de Portalet, Aubisque, Tourmalet, Aspin y Val Louron. Una jornada histórica pues supone el inicio del reinado ciclista de Miguel Indurain. Una jornada histórica por los puertos míticos que hay. Dos de ellos serán parte del menú que he preparado para mi ruta cumbre de los Pirineos. Se trata, en principio, de 147 kilómetros con las ascensiones de Portalet (por España), Aubisque y Portalet (por Francia). Más de 70 kilómetros de subida y 3400 metros de desnivel. No he hecho nada más duro.

Al final he convencido a Jaume para que me acompañe en la primera ascensión, Portalet. En la primera hora llegamos a hacer 18 kilómetros, que son todos en ascenso. Las condiciones en la parte definitiva del puerto son dantescas: nieve, viento, hielo,... Dos titanes en el asfalto. Le digo a Jaume que a mi me encanta ese tiempo porque esto te hace aún más fuerte, te hace soportar todo. En la cima del Portalet nos hacemos unas fotos y acordamos volver a encontrarnos, pero con mejores condiciones meteorológicas, en estos míticos puertos pirenaicos. Eso está hecho Jaume, sabes que el "loco de los puertos" quiere ir al Tourmalet, al Aubisque, al Marie Blanque, a Larrau, a Peyresourde, a Luz Ardiden,...

Cuando estoy a punto de empezar a bajar llega a la cima un cicloturista que habíamos adelantado y mira hacia la vertiente francesa dubitativo. Le intento convencer para que me acompañe en la ruta. Quiero ir al Aubisque y volver por donde vamos a bajar. Pero nada, se da la vuelta. Afronto la bajada ya mojado y con niebla. El frío es intensísimo y voy parando en las viseras antialudes para encontrar la forma de entrar en calor. Durante 10 kilómetros voy dando espasmos en la bicicleta y apenas tengo sensibilidad en las manos. Encuentro un bar y allí me meto para aliviar el frío y los síntomas de congelación. La cara de incredulidad de los dueños es absoluta y aún se incrementa cuando les digo que mi idea es subir Aubisque y volver por donde estoy descendiendo.

El descenso de este puerto es interminable, 29 kilómetros, por lo que cuando llego al cruce del Aubisque la sensación de gozo es total: voy a afrontar un puerto mítico y voy a dejar atrás el frío que llevo sufriendo durante una hora, pues el pedaleo me ayudará a entrar en calor de nuevo. La primera parte, hasta Eaux-Bonnes, voy solventándola a un fuerte ritmo, a 18-19 km/h. Lo esencial aquí es regular el esfuerzo y mantener una adecuada cadencia de pedaleo. No es fácil hacer esto. Primero debes estudiar la altimetría del puerto, luego tener el depósito de energía al completo (aunque sin pasarse) y finalmente encontrar el pedaleo que te permita aplicar la máxima fuerza gastando la mínima energía posible. Llego a Gourette, a 4 kilómetros de la cima y parece que el Aubisque va a ser mío, que el 16 de mayo de 2010 será una fecha de la que me acordaré para siempre, pero cuando doy una curva, en pleno pueblo, observo que la carretera está casi cubierta de nieve. Sólo las rodadas de los coches me permiten pasar. Ahora el ejercicio es de equilibrismo también, lo que lima aún más fuerzas de las necesarias. Hasta que llego al Hotel Les Cretes Planches (Las Crestas Blancas) y veo que a partir de entonces la carretera está completamente cubierta de nieve. No puede ser, no puede ser. Con frustración entro en el restaurante para renovar energías para el descenso. Vuelvo al cruce, donde se inician el Portalet y el Aubisque, y allí observo dos carteles con las altimetrías de dichos puertos. Es obligada, por tanto, la foto, como también lo será el avituallamiento que me meto en una pastelería cercana. Con un buen “Pastel de los Pirineos” afronto la eterna ascensión al Col del Pourtalet, de 29 kilómetros y más de 1200 metros de desnivel. ¿Pero para qué tantas explicaciones? Mejor veamos en foto lo que fue el día


El perfil de la impresionante ruta.


Rodeado de espectaculares paisajes camino del Portalet.


En la última parte del Portalet (por España) nieve, mucho viento, frío...

Este es el desolador aspecto que presentaba la primera ascensión del día.


Una imagen del Aubisque.


La última parte, tras pasar Gourette.


El Hotel Les Cretes Blanches, a 2 kms de la cima, hasta donde pude llegar.

 

Por esto no llegué arriba...


Gourette.


El cartel del Aubisque, al inicio de la ascensión. 

El cartel del Portalet (por Francia).


Espectacular, maravillosa, esta última ascensión.





La última parte del Portalet (Francia)


La foto en la cima.


Y me despido de los Pirineos hasta la próxima...